sábado, 13 de febrero de 2010

Los sueños sueños son




Y dentro del sueño me paré a pensar un segundo, y todo lo que me rodeaba me hacía tan feliz que deseé jamás despertar.

El vestido era el mas hermoso jamás imaginado y los seres que se asomaban a mi vista impresionantemente bellos. Esa mujer con aspecto felino de aquel boceto que vi cuando tenia diez años, charlaba alegremente con el héroe de la ciudad de mi inconsciente, los animales libres y sin preocupaciones dejaban a su paso una estela brillante y mágica. Y las enredaderas de hiedra, siempre soñé con un jardín así. Simplemente esta vez el Sueño había acertado en todo.

Cuesta mucho alcanzar los sueños, pero una vez alcanzados la misión ya está cumplida. Pero siempre anhelas mas...

Un rincón apartado y gris llamó mi atención repentinamente, la suela de los zapatos sonaba lo justo para no resultar irritante al andar y cada paso resplandecía en el suelo peculiarmente, pareciendo un juego de similitudes con el majestuoso arco iris que faltaba esa noche en el firmamento.

Sabía perfectamente que me esperaba en aquel rincón, mas mi Sueño no se percató de que me aproximaba a su traición. Pude sentir el gélido aliento surcando mi interior, hasta el punto de dolerme el respirar; mas aun así, continué el camino hasta aquel muro cristalino que aguardaba mi llegada.

Y la mano se posó, pareciendo unida al muro por arte de magia y la pupila captó la realidad que el otro lado del muro le ofrecía. Separarme de ese muro fue la primera opción pues quedarme con mi Sueño era mucho mejor y fácil. Pero al mirar hacia atrás, todo había cambiado.

Una espesa oscuridad allá donde antes el jardín de mis sueños ocupaba su lugar. Y sentí como mi cuerpo temblaba y crédula pensé que mi Sueño preparaba otra sorpresa mucho mejor que la anterior, así que volví junto a el como Dorothy siguiendo su camino de baldosas amarillas.

-¿Sueño?¿Eres tu?- Pregunté ingenua de mi apartando la oscuridad con mis manos mas solo consiguiendo envolverme mas en ella . Y el grito surcó mi garganta y la piel se erizó cuando la cruel cara del sueño como la que tiene la luna, la que no conocía, apareció.

Huí hacia la realidad pero la oscuridad fue mas fuerte atrapándome en mi carrera por alcanzar la libertad.

Y así fue como me hice esclava de un sueño caprichoso que no quería vivir en soledad.

La personas seguirán viniendo y seguirán muriendo, porque la historia ha demostrado que no hay muro capaz de contener los sueños.

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